Después de una larga interrupción, hemos vuelto a ocupar a nuestros pilotos de pruebas, Alexandre Maynadier y Christopher Franck. Para remarcar la ocasión, hemos decidido proponer la prueba de una bicicleta fuera de lo común, a pesar de sus 11 años, aún hoy despierta mucha curiosidad.
Este cuadro no es otro que el prototipo que fue concebido por Alex para la marca francesa Exploziv, marca creada por Pascal Blanc. Para tener una opinión objetiva ha sido Christopher quien se ha encargado de la prueba.
Un poco de historia:
Exploziv siempre ha sido una marca peculiar en el paisaje del trial, ya que los cuadros propuestos eran hechos por tubos perimétricos en acero (2 pequeños tubos en paralelo), garantizando una buena rigidez lateral, manteniendo al mismo tiempo una flexibilidad vertical.
En el año 2000, un prototipo mejorado fue fabricado para seguir la tendencia del aumento de la rigidez. Exploziv conservó el principio de los cuadros perimétricos, pero sustituyó los tubos redondos por los tubos ovalados. Alex Maynadier llevó esta bicicleta única hasta la cuarta posición Sénior del Campeonato de Europa.
En 2002, Exploziv quería pasar a los cuadros de aluminio, pero no quería ser una bicicleta más del montón con un diseño clásico. Pascal Blanc se encargó del diseño inspirándose en el mundo de la moto y Alex Maynadier dictó la geometría.
El resultado, la Exploziv Concept, un diseño moderno para la época, furiosamente diferente, y también fue una de las primeras bicicletas con una distancia entre ejes larga, vainas más cortas y un eje de pedalier alto, con respecto a los estándares de la época.
Exploziv cerró por razones familiares, antes de poder lanzar esta bicicleta en serie.
Alex sobre la bicicleta durante el Open de Bormes les Mimosas 2002 :
La bicicleta al detalle:
La parte delantera esta enteramente realizada en placas de aluminio de 1 milímetro de espesor, soldadas por los extremos. Para una mayor rigidez, la placa de cierre de la parte inferior del cuadro tiene forma de « U » y las placas de refuerzo aseguran a cada lado la conexión con la pipa de dirección y también la unión con las vainas.
Podemos decir que este cuadro también es uno de los primeros cuadros de trial compuestos, ya que la parte delantera de aluminio estaba rellena de 7 litros de espuma de poliuretano expansiva, que por cierto, contribuye a la rigidez del conjunto.
A destacar también el paso interior del cable de freno trasero y del desviador del cambio, algo simplemente inédito en el mundo del trial.
Una nota en el registro de innovaciones de la época, la caja de pedalier extremadamente larga ( 100 mm ), por contra de las bicicletas actuales ( 68 mm ), mejorando la estabilidad.
La parte trasera, más clásica, también tiene su paquete de innovaciones, ya que las puntas de las vainas son del tipo horizontal, aunque el reglamento de la época exigía un desviador en estado funcional (nosotros no hemos utilizado cable para la prueba). La rigidez entre las vainas esta asegurada por una pequeña placa en forma de arco.
No nos detendremos en los componentes, ya que hemos reconstruido esta bicicleta con un surtido variado de componentes recuperados de otras bicicletas y del fondo del garaje.
Hemos medido en este montaje 1060 mm, (a comparar con los 1035 mm de un Megamo), y hemos obtenido un peso de 10.5 kg. Con todos los componentes de la época, el peso hubiera sido cercano a los 10.8 – 11 kg, y hubiera estado dentro de la media.
Sobre el terreno:
Desde que uno de monta sobre esta bicicleta, el viaje en el tiempo esta asegurado. Los pies se encuentran muy bajos en comparación con las bicicletas actuales, y la distancia entre ejes corta y las vainas largas hace que el cuerpo esté relativamente recto.
La posición es muy cómoda, y en plano la bicicleta muestra una estabilidad impresionante comparada con nuestras geometrías modernas. La contra de esta estabilidad es que la bicicleta es más difícil de poner a trasera, pero una vez ya levantada, vuelve a ser sorprendentemente estable.
En zonas naturales es un verdadero regalo, estable y no sufre ningún problema de rigidez, la Exploziv Concept se amolda a todas las rocas y relieves saboreando un pilotaje limpio y muy a la vieja escuela…
En las zonas artificiales tan de moda estos días, esta bicicleta será vuestra aliada para las subidas picando. Pica destacadamente bien, es una satisfacción, permite el tiempo suficiente para hacer el gesto con toda tranquilidad para subir la rueda trasera a lo más alto. Por contra, para los dos tiempos, el pedalier bajo y las vainas largas complican un poco el movimiento e imponen aplicarse en el gesto para poder ver la rueda trasera en lo alto.
Los laterales son confusos, ya que el peso del a bicicleta se hace notar. A causa del pedalier bajo, la rueda trasera esta más próxima a nosotros que en las bicicletas modernas, esto hace que no se deba dudar en hacer bien el movimiento, de lo contrario no tendremos éxito en el movimiento. Dicho esto, no hay que olvidar que la técnica del lateral no era muy habitual en aquella época.
En las transferencias, la Explosiv también marca un poco su época. No tiene ningún problema para hacer llegar lejos su rueda trasera, pero si queréis aterrizar con la rueda delantera, verdaderamente hace falta exagerar el gesto de cargar sobre la parte delantera. Si el salto es hacia un obstáculo mucho más alto que la salida, entonces hace falta hacer una buena compresión sobre la rueda trasera para que la rueda delantera alcance su objetivo.
Conclusión :
Esta Exploziv Concept es una bicicleta muy acertada, y lo cierto es que si se hubiera desarrollado en serie, hubiera sido una de las mejores bicicletas de la época.
En comparación con las bicicletas actuales, la geometría es muy confusa, pero esto permite comparar y reflexionar sobre las geometrías extremas que vemos cada vez más.
He disfrutado mucho con esta bicicleta, agradezco enormemente a Alex que me haya permitido pilotar con « su » proto.
Ficha técnica :
Longitud : 1060 mm
Vainas : 395 mm
Pedalier : -10 mm
Peso : 10,5 kg
Test : Christopher FRANCK – Fotos : Alexandre Maynadier & Antoine TOUSSAINT-RINALDI